La falta de inviernos fríos y las sequías en Sierra Nevada está intensificando la actividad de este insecto causante de la pérdida de hojas y de la progresiva debilitación de los pinares. Actualmente, la plaga amenaza a gran parte de los bosques mediterráneos, especialmente en España, donde casi la mitad de los bosques están formados por coníferas. Además de representar un factor de debilitamiento de los bosques, la procesionaria causa urticaria y puede suponer una amenaza para la salud pública.
La procesionaria: una especie favorecida por el cambio climático
Reconocible por sus llamativos nidos de seda blanca instalados en los lados soleados de los árboles, la procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es un lepidóptero cuyas larvas se desarrollan durante el invierno. Si durante esta estación no se alcanzan temperaturas lo suficientemente bajas, el número de larvas supervivientes resulta ser mucho mayor. El efecto combinado del aumento de la temperatura y de la disminución de la humedad del suelo como consecuencia del aumento de las sequías, puede llegar a adelantar la emergencia de las polillas, ampliando el alcance y la virulencia de la plaga.
Entre los lepidópteros defoliadores forestales, la procesionaria es la especie que ha experimentado un mayor desplazamiento hacia cotas más altas en Sierra Nevada, alcanzando en la actualidad pinares situados a 2300 m de altitud. En cambio, los depredadores de sus huevos, que podrían contribuir a controlar sus poblaciones, no han alcanzado una capacidad de adaptación similar a las cotas más altas. Esto, unido al carácter generalista de sus principales depredadores (los saltamontes y las aves insectívoras forestales) y a la débil respuesta química de los pinos tras la defoliación, permite predecir un aumento de las defoliaciones por procesionaria en los próximos años.
Se prevé además que el uso de la práctica tradicional de la fumigación tenga sólo un impacto limitado, además de ocasionar otros problemas, como afectar a los enemigos naturales de la plaga y por tanto contribuir a un efecto rebote a medio plazo (al año siguiente de la fumigación).
Diversificar el bosque y reducir su densidad, claves para detener su avance
Si bien las repoblaciones masivas contribuyeron en su momento a recuperar superficie de bosque y a sujetar el suelo evitando importantes problemas de erosión, hoy por hoy la estructura de una parte importante de los pinares de repoblación en España hace que sean altamente vulnerables a plagas forestales e incendios. Además, la homogeneidad de un bosque favorece las plagas asociadas a esa especie.
Ante esta situación, el proyecto LIFE Adaptamed propone gestionar y mejorar la estructura de los bosques en Sierra Nevada. Mediante claras selectivas para dosificar la competencia, el proyecto está volviendo a impulsar una regeneración natural de los pinares. Gracias a la presencia de una estructura más adecuada, los pinares estarán en condiciones de evolucionar hacia una masa mixta más diversa, con mayor resiliencia y capacidad para ejercer de reservorio de biodiversidad, donde coexistan individuos de diferentes edades, especies florísticas y tipología vegetal. Además, un bosque más diversificado ofrecerá un mayor sustento alternativo a depredadores y parasitoides, a la vez que lo disminuye para los hospedadores adecuados.
La importancia de las acciones de claras y clareos
En este sentido, las acciones de claras y clareos de LIFE Adaptamed en pinares repoblados del Espacio Natural de Sierra Nevada están permitiendo reducir la densidad de la masa forestal para mejorar el estado fisiológico de la población ya existente. Para ello se realiza la corta selectiva de algunos pinos de pino silvestre, pino laricio, pino carrasco y pino rodeno combinando distintas intensidades de actuación.
Esto no sólo no compromete la permanencia del bosque, sino que mejora su capacidad de respuesta ante las condiciones ambientales venideras.
Esta acción se ha realizado simultáneamente en Sierra Nevada, Doñana y Cabo de Gata, instalándose además otros elementos para dar cobijo a fauna, como cajas de biodiversidad (cajas anidaderas) para aves insectívoras y murciélagos, principalmente utilizadas para la lucha contra las plagas.
Fotos: Marc Pascual y Luis Miguel Bugallo Sánchez