

Las zonas con presencia de agave o pita evidencian una menor diversidad de escarabajos que las zonas ocupadas por ecosistemas autóctonos, según resultados del experimento realizado por la Universidad de Almería y el proyecto europeo LIFE Adaptamed. Actualmente, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, buena parte de la superficie potencial del azufaifar se encuentra ocupada por la especie invasora. Esto afecta a las complejas funciones ecológicas que estos ecosistemas realizan.
A pesar de haber sido popularizada durante las últimas décadas en Almería por su apariencia exótica y llamativa, empleada para usos de diferente índole, la pita (también conocida como “agave”) está considerada como una especie exótica que ocupa vastas extensiones de ecosistemas con un elevado potencial ecológico. Importadas desde Méjico en los años 50 para producir tejidos, hoy día se sabe que estos cultivos han actuado en detrimento de la rica biodiversidad del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Para comprobar este supuesto, el proyecto LIFE Adaptamed ha trabajado en la retirada experimental de agave en una superficie de 10 hectáreas, monitoreando los efectos de esta actuación sobre la biodiversidad mediante el seguimiento de distintos bioindicadores. Uno de ellos han sido los escarabajos del suelo, considerados un indicador ideal, por tratarse de uno de los grupos más diversos y abundantes en zonas áridas. Muchos de estos escarabajos se encuentran en la base de la cadena trófica y son varias las especies que dependen de los excrementos de ganado, conejos o carnívoros para reproducirse.
Utilizando trampas de caída o “pitfall”, se han capturado los escarabajos del suelo presentes en la zona de estudio y, a continuación, se identificaron las muestras para poder determinar las diferencias entre las poblaciones de las zonas invadidas y no invadidas. Los resultados muestran una clara diferenciación entre las zonas con agave y aquellas sin su presencia. La diversidad (número de especies) y la abundancia (número de individuos) de escarabajos del suelo es claramente inferior en las zonas invadidas por agave, confirmando un efecto negativo del agave sobre la biodiversidad de escarabajos. Especialmente interesante es la elevada capacidad del género Erodius como especie indicadora del deterioro ambiental que involucra la invasión por parte del agave.
La hipótesis que plantea para explicar la disminución de las poblaciones de Erodius ante la presencia de pitas es el enraizamiento que éstas provocan en el suelo, que dificultan que este escarabajo se pueda esconder bajo la arena.
Más información sobre este estudio en el siguiente número de la revista Novaciencia, página 32 :