El proyecto Life Adaptamed trabaja en los Espacios Naturales de Doñana, Sierra Nevada y Cabo de Gata. Cada uno de ellos tiene sus propias singularidades y problemática particular, que debe tratarse de manera diferente. Pero los tres tienen algo en común: todos se ven afectados por los efectos del cambio climático.
El mayor problema al que se enfrenta la comunidad científica al combatir el cambio climático es la incertidumbre. No se sabe a ciencia cierta cuáles son las alteraciones que están por venir, ni a qué ritmo se producirán. De lo que sí estamos seguros, y existen múltiples evidencias que respaldan esta afirmación, es que un ecosistema diverso es mucho más resistente a dichos cambios. Por eso, el mantenimiento de la biodiversidad es un factor clave para la conservación de los espacios naturales.
La gestión adaptativa de los espacios naturales consiste en hacer frente a los problemas de un territorio, en el caso de Life Adaptamed, a aquellos derivados del cambio climático. Es un método de gestión iterativa, con el que se trata de conservar de manera dinámica los ecosistemas, ajustando las acciones y prácticas a los resultados obtenidos, a través de la monitorización continua.
Consta de varias fases, a través de las cuales se pretende conocer a fondo los problemas sobre los que se va a actuar, diseñar acciones concretas y evaluarlas:
- ¿Cuáles son los problemas de ese territorio?: Es fundamental conocer a fondo el medio sobre el que se va a actuar. Para ello se pueden mantener entrevistas con los distintos actores principales del territorio, como pueden ser los habitantes del lugar o las entidades locales implicadas, y realizar visitas de campo.
- Recogida de datos para diseñar modelos científicos: Toma de datos, muestreos y diseño de modelos que ayuden a los científicos a entender el funcionamiento de ese espacio natural en concreto y todas las características que lo hacen único.
- Análisis e interpretación de los datos: Los científicos recaban e interpretan todos los datos recogidos en las fases anteriores, además de tener en cuenta el conocimiento acumulado de actuaciones que se hayan realizado con anterioridad en ese mismo espacio o en espacios de características similares.
- Toma de decisiones en base a los datos recabados y diseño de acciones: En base a las conclusiones alcanzadas, se diseñan las acciones que se quieren llevar a cabo en el espacio natural con el fin de mejorar su resistencia al cambio climático.
- Aplicación de la acción en el territorio: Es el momento de trasladar la teoría a la práctica, aplicando la acción sobre el terreno.
- Evaluación de los resultados de la acción: Para saber si la acción ha funcionado, es necesaria una evaluación de la misma. Independientemente de si ha funcionado o no, se debe proceder a la difusión de los nuevos conocimientos adquiridos, que se tendrán en cuenta para la aplicación de nuevas acciones.
En definitiva, la gestión adaptativa es un proceso de aprendizaje continuo, con el que se quiere mejorar la gestión de los ecosistemas a medio y largo plazo. Para ello se realizan actuaciones concretas y medibles, contando con la colaboración de todos los actores implicados, como son los científicos, gestores de los espacios naturales, población local y actores sociales.